Ir al contenido principal

Felices los que tienen corazón puro (Mateo 5:8)

Afortunados los que tienen corazón puro, porque ellos verán a Dios (Mateo 5:8)

Los de corazón puro o limpio son absolutamente sinceros y no están divididos en su devoción y compromiso con Dios; están limpios en sentido moral que les lleva a “una vida santa, pues sin santidad nadie verá al Señor” (Heb 12:14); y reconociendo que necesitan constantemente la ayuda de Dios, hacen suya esta oración: “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio Y renueva un espíritu recto dentro de mí” (Sal. 51:10)

Esta bienaventuranza también nos mueve a examinar nuestros motivos: ¿Hacemos nuestro servicio a Dios o al prójimo totalmente libre de egoísmo, o de deseo de prestigio? No parece que eso sea lo frecuente si uno es honrado consigo mismo. Nuestra innata imperfección provoca manchas en nuestros motivos. Pero esto no nos debe desanimar. Adquirir un corazón limpio debe ser la meta del cristiano, porque aún sin conseguirlo la mayoría de las veces, en la medida que nuestros motivos sean puros nuestro conocimiento de Dios será cada vez más real.

“¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón; el que no ha elevado su alma a cosas vanas, ni jurado con engaño” (Sl 24:3-4)

Anterior --- Lista de temas --- Siguiente

Comentarios