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Felices los perseguidos por causa de la justicia (Mateo 5:10-12)

Bienaventurados aquellos que han sido perseguidos por causa de la justicia, pues de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados seréis cuando os insulten y persigan, y digan todo género de mal contra vosotros falsamente, por causa de mí. Regocijaos y alegraos, porque vuestra recompensa en los cielos es grande, porque así persiguieron a los profetas que fueron antes que vosotros (Mateo 5:10-12; Lucas 6:22-23, 26)

Es triste y paradójico que los que viven conformes a la justicia de Dios sean perseguidos, y esta es la causa que apunta Jesús: "Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece" (Juan 15:19) Los verdaderos cristianos se destacan por seguir los valores expresados y vividos por Jesús, lo que les hace diferir mucho a los ojos del mundo, y esto que debería servir como un buen ejemplo a seguir, hace que muchos lo interpreten como una crítica a su propio comportamiento, degenerando en un odio que resulta en persecución verbal o física hacia los verdaderos cristianos.

Por supuesto, la persecución de la que habla Jesús no es la que resulta por la propia estupidez o fanatismo. Como dice Pedro: “Que de ninguna manera sufra alguno de vosotros como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entrometido. Pero si alguno sufre como cristiano, que no se avergüence, sino que como tal glorifique a Dios” (1 Pedro 4:15-16; 3:14); pero es inevitable que venga si nos esforzamos honestamente en vivir según Cristo, ya que “Todos los que vivan piadosamente en Cristo Jesús sufrirán persecución” (2 Tim. 3:12)

Pero Jesús dice a sus seguidores que afrontar la persecución por su causa tiene gran recompensa: la pertenencia al reino de los cielos. Por eso, no se ha de ver con temor, sino con gozo y alegría, ya que también es una oportunidad de demostrar fidelidad a nuestro Señor Jesucristo.

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