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Insultos graves (Mateo 5:21-22)

Habéis oído que se dijo a los antepasados: «No matarás» y: «Cualquiera que cometa homicidio será culpable ante la corte». Pero yo os digo que todo aquel que esté enojado con su hermano será culpable ante la corte; y cualquiera que diga: «Raca» a su hermano, será culpable delante de la corte suprema; y cualquiera que diga: «Idiota», será reo del infierno de fuego (Mateo 5:21-22)

Jesús habla del mandamiento “no matarás” y lleva el asunto a la condición del corazón donde nacen las actitudes violentas. Comienza a hablar de "aquel que esté enojado con su hermano", prohibiendo toda clase de enojo o de ira para con su hermano, seguramente la ira que se va alimentando, que perdura demasiado tiempo.

Habla de quienes digan Raca a su hermano. Raca era una palabra de sumo menosprecio. Quien trata así a su hermano se hace culpable del pecado del desprecio, que puede ser originado por el orgullo de clase, por la mejor condición económica, e incluso por pretender tener más conocimiento. Nunca deberíamos mirar con desprecio a cualquier persona por quien Cristo murió.

Y finalmente, habla sobre cualquiera que diga: Idiota a su hermano. En este caso, "Idiota" no se relaciona con la capacidad mental, sino que describe la necedad moral. En otras traducciones se vierte: "el que maldiga a otro", "el que lo injurie gravemente", etc. Llamar a alguien "idiota" es ensuciar gravemente su nombre y reputación.

El castigo para los culpables de ira o de insultos graves es el mismo que para los homicidas ¿Por qué? 1 Juan 3:15 dice: "Todo el que aborrece a su hermano es homicida, y vosotros sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él"

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