Ir al contenido principal

Reconcíliate con tu hermano (Mateo 5:23-24)

Por lo tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar y allí recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar. Ve primero y reconcíliate con tu hermano; luego vuelve y presenta tu ofrenda (Mateo 5:23-24)

Aquí aprendemos que nuestra relación con Dios puede quedar interrumpida si hemos actuado mal contra nuestro semejante y aún no lo hemos arreglado. Como dice William Barclay: “Jesús deja bien claro este hecho fundamental: No podemos estar en paz con Dios a menos que lo estemos con nuestros semejantes; no podemos esperar el perdón a menos que hayamos confesado nuestro pecado, no sólo a Dios, sino también a los hombres, y a menos que hayamos hecho todo lo posible para evitar sus consecuencias prácticas. Algunas veces nos preguntamos por qué hay una barrera entre nosotros y Dios; a veces nos preguntamos por qué nuestras oraciones parece que no sirven para nada. La razón podría ser muy bien que somos nosotros los que hemos levantado esa barrera al estar desavenidos con nuestros semejantes, o porque hemos ofendido a alguno y no hemos hecho nada para rectificar".

Anterior --- Lista de temas --- Siguiente

Comentarios